Al tener una piel hidratada, ésta posee mayor elasticidad y está más protegida, por lo que es más resistente frente a cualquier agresión externa. Además, una buena permite mantener una correcta termorregulación corporal, esencial para un buen funcionamiento de las células de la piel. Esta hidratación no se consigue solo a base de cremas, sino hidratándola desde dentro con una adecuada ingesta de líquidos y una alimentación sana y variada.
Decálogo de la OHS para lucir una piel bonita y sana durante el verano:
- Toma de 2 a 2'5 litros de líquidos diarios. Cuando aumente el calor, la humedad o tu nivel de actividad física puedes necesitar beber más porque se incrementan las pérdidas hídricas,
- Bebe de forma continuada a lo largo de todo el día, incluso cuando no tengas sed, ya que esta sensación aparece cuando existe ya cierto grado de deshidratación.
- Lleva a mano una botella de tu bebida favorita que te recuerde la necesidad de beber.
- Elige entre la gran variedad de bebidas que tienes a tu disposición. Además de agua, las infusiones, refrescos, los zumos, los caldos ayudan a beber lo suficiente e hidratan el organismo.
- Las frutas, verduras y hortalizas también contribuyen a la hidratación, ya que tienen un alto contenido en agua.
- Evita el alcohol porque tiene un gran poder diurético y deshidrata.
- Si haces deporte, debes beber antes, durante y después de practicarlo, ya que se pierde mucho líquido a través del sudor. En estas situaciones, recuerda que las bebidas para deportistas te ayudan a reponer sales minerales y glucosa además de hidratante.
- Hidrata tu piel también desde fuera utilizando productos especializados de uso tópico.
- En verano evita tomar el sol entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde, ya que son las horas de mayor intensidad y puede tener efectos nocivos sobre la piel.
- Usa siempre protección solar con filtro UVA y UVB para evitar los daños de la radiación solar y el envejecimiento prematuro de la piel.