Queridos Reyes Magos,
Estas Navidades me gustaría celebrarlas con mi familia, con mis amigos y con mis vecinos. Por eso, voy a hacer mis compras apoyando al comercio local. Porque, aunque los pequeños comercios no tengan los ofertones de las grandes superficies, me ofrecen una cercanía y un trato humano que no tiene igual.
Porque el pequeño comercio es el que da la vida a pueblos y barrios, animando la vida cotidiana, trae un ambiente y personalidad propios, llenando las calles de alegría y convirtiendo los espacios en lugares transitados. No quiero ver más locales que cuelguen el cartel de cerrado, persianas bajadas, ni aceras vacías.

Es el comercio que tu vecino ha mantenido, como hizo su padre y su abuelo, generación tras generación. El que aporta riqueza y trabajo a tu entorno. El pequeño comercio es el que más empleo genera y más trabajadores contrata. Y a pesar de ello, es el que más sufre la crisis, al no poder competir con las grandes empresas en igualdad de condiciones.
El comercio local ofrece un modelo de consumo más sostenible y responsable, que apuesta por los productos de cercanía y proximidad. Evitando así que las mercancías vengan de muy lejos y generen tanta contaminación en su transporte. Es el que se preocupa por el medioambiente y el que lucha contra la despoblación rural.
Este año yo apoyo al pequeño comercio y me quedo con toda esa gente que detrás del mostrador, te atiende por tu nombre con una gran sonrisa, ofreciéndote lo mejor de sí mismos. ¿Y tú, te sumas al cambio por un mundo más justo y sostenible?